“No la mimes tanto que al final siempre se van”.
El insiste y la deja acurrucar su cabeza en su cuello,
la siente tibia y tranquila
la acaricia con delicadeza.
Ella pareciera querer quedarse dormida,
entonces él piensa en las otras:
Reina, Karlina y Rocío,
las tres en su momento hicieron lo mismo.
Se dejaban consentir para después irse.
Una de ellas fue víctima de la maldad de los hombres,
algo que él nunca perdonó.
Con esta no sabe si será lo mismo.
Por eso a veces se porta esquivo,
¿para qué acostumbrarse, si al final…?
Nunca se sabe que esperar de una negra cariñosa.
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